Se cayó medio Internet: qué pasó realmente y qué tiene que ver Cloudflare

¿Estamos preparados para un fallo mundial?

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por | Nov 20, 2025 | Desarrollo web

El lunes 18 de noviembre de 2025, una parte importante de servicios de Internet dejó de funcionar correctamente. No fue tu computadora ni tu conexión: el problema estuvo en Cloudflare, una empresa que opera buena parte de la infraestructura que usan miles de sitios y aplicaciones en todo el mundo.

Un archivo de configuración interna creció más de lo esperado y terminó bloqueando una sección crítica de la red de Cloudflare. Esto generó errores masivos: páginas que no cargaban, aplicaciones que arrojaban mensajes de falla y servicios completamente inoperativos durante horas.

La compañía confirmó que no se trató de un ataque, sino de un error técnico interno.

Enchufe roto que representa la caída de Cloudflare y la interrupción de servicios en Internet.

¿Por qué afectó a tanta gente?

Porque Cloudflare es una de las piezas centrales de Internet. Da soporte a miles de sitios y aplicaciones en todo el mundo y gestiona servicios esenciales como protección contra ataques, optimización del tráfico, entrega de contenido y, sobre todo, DNS.

El DNS (Domain Name System, es decir, sistema de dominios de Internet) es como una nueva guía telefónica (algo que probalbemente no hayas visto si tenés menos de 25 años). Este sistema traduce nombres como bitskingdom.uy a direcciones que las computadoras pueden interpretar.

Y como muchísimos servicios dependen de Cloudflare para que esa “guía” funcione correctamente, cuando la empresa tiene un problema el efecto se expande por todo el mundo. Miles de sitios dejan de cargar, aunque la conexión del usuario esté perfecta.

Explicado de forma simple

Imaginá que Internet es como una ciudad gigantesca. Cloudflare sería algo así como una de las autopistas principales.
Y además de Cloudflare, existen otras “autopistas” operadas por los carriers troncales, que son las empresas que manejan las rutas principales por donde viaja la mayor parte del tráfico de Internet entre países y regiones.

Si una de esas autopistas se bloquea, no importa cuántas calles funcionen: el tránsito se congestiona y muchas rutas dejan de ser accesibles.

Eso fue lo que pasó.

¿Cómo lo sintieron los usuarios?

Aunque la fibra óptica o el WiFi funcionaran bien, muchos usuarios experimentaron:

  • Sitios que no cargaban o devolvían “error 500”.
  • Aplicaciones que se cerraban o no mostraban información.
  • Servicios de pago o tiendas online fuera de servicio.
  • Sensación de que “internet está mal”, cuando en realidad el problema estaba en un proveedor global.

Para alguien que usa internet a diario —que somos todos— el impacto se sintió inmediatamente.

¿Puede volver a pasar?

Sí, puede volver a pasar.
No porque Cloudflare funcione mal, sino porque no existe un sistema tecnológico infalible. Las fallas pueden deberse a:

  • Errores de configuración, como esta vez.
  • Bugs internos (fallas internas del software).
  • Picos inesperados de tráfico.
  • Fallas en la infraestructura física.
  • Problemas de enrutamiento global.
  • Lo peor de todo: ataques cibernéticos.

Internet está diseñado para ser resistente, pero no perfecto.

¿Se puede prever un fallo así?

En parte sí, en parte no.

Las empresas como Cloudflare cuentan con sistemas avanzados de monitoreo, copias duplicadas de sus servicios para que otro los reemplace si algo falla (redundancia) y procedimientos preparados para actuar ante problemas inesperados (planes de contingencia). Pero cuando el fallo ocurre en un punto muy crítico, es difícil anticiparlo al 100%.

Para los usuarios y empresas, lo más recomendable es:

  • Tener alternativas cuando un servicio deja de responder.
  • Usar más de un proveedor en aplicaciones críticas (servicios esenciales que no pueden fallar, como un sistema de pagos o una tienda online) ayuda a mantenerlas funcionando incluso si uno de ellos tiene problemas.
  • Monitorear el estado de los servicios que dependen de terceros.
  • Ser conscientes de que existen elementos centrales que, al fallar, pueden detener gran parte de Internet.

Conclusión

La caída de Cloudflare nos recuerda que, aunque Internet parezca un ecosistema inmenso y distribuido —es decir, formado por miles de servidores conectados entre sí— sigue dependiendo de proveedores centrales que, si fallan, pueden afectar a millones de personas.

En BitsKingdom creemos que este tipo de eventos ayudan a entender mejor cómo funciona la red y por qué es importante diseñar sistemas resilientes, preparados para lo inesperado.

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