Diseñar con propósito: cómo evitar la comunicación vacía

Claves para comunicar en la era del contenido de valor.

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por | Sep 1, 2025 | Contenido

Hoy se habla mucho de crear contenido de valor para las redes sociales, para las páginas web, blogs, podcasts, etc.

Pero, ¿qué sería «contenido de valor»? En principio, aportar a un grupo determinado de personas (el target, aquellos para quienes está orientado ese contenido) información relevante, útil, sustanciosa para poder conectar con ellos desde el momento en que se convierten en usuarios.

Para que este usuario sienta que no es un mero depositario de publicidades de productos y servicios, ese contenido debe poseer un valor que sea percibido como útil. Las personas deben saber y sentir que se benefician de algún modo con la información recibida. Y esto es lo que enciende la famosa chispa llamada conexión, y lo que habilita luego a poder llegar a nuestro público específico al momento de ofrecer nuestros productos o servicios. Podríamos decir que el contenido de valor es como un trampolín que facilita las cosas.

Por eso es tan importante aprender a comunicar de modo efectivo. Porque si no lo hacemos del modo correcto, la comunicación falla y el mensaje no llega adonde lo estamos dirigiendo. No se establece la comunicación.

¿Y cómo logramos eso? Primero, repasemos un poco.

Loro que repite sin comprender, símbolo de la comunicación vacía.

Las claves del diseño que comunica

Para que un diseño comunique de manera eficaz, debemos recordar esta estructura básica, en donde un emisor (quien genera el mensaje: una marca, una institución, una persona) intenta comunicar algo (mensaje) mediante un canal (medio por el cual el mensaje se hace visible y -ahora también- audible: posteo, afiche, packaging, etc.) a un receptor (quien recibe e interpreta, o debería interpretar, el mensaje).

⚡ El rol del diseñador

Atención con esto: el diseñador no es el emisor. El diseñador es el intermediario: toma la idea del emisor, la traduce en un lenguaje visual y la adapta al canal para que el receptor pueda decodificarla.

🔒 El código

Para que todo esto funcione, es indispensable contar con un código. ¿Y qué es un código? En principio, es una convención establecida por las personas que lo han acordado y validado con el uso y la permanencia en el tiempo.

Por ejemplo: un idioma es un código. Si nuestro receptor habla español y escribimos nuestro mensaje en francés, ese mensaje no va a ser comprendido o decodificado.

Los colores también son códigos. Las banderas lo son: si porto la bandera LGBTQ+, estoy enviando un mensaje (de pertenencia, apoyo a los derechos, etc.). Habrá distintas lecturas, dependiendo del contexto, pero en general compartimos interpretaciones similares frente a los códigos establecidos.

Los códigos no son universales: dependen del contexto sociocultural donde se establecieron. Pero hay excepciones, como la sonrisa, que es un código de entendimiento universal.

Recomendaciones prácticas

  • Mensaje: intentemos dar un mensaje a la vez. Eso garantiza simplicidad, transparencia y efectividad. Demasiados mensajes en un mismo diseño pueden crear ruido o interferencia. Por algo, en diseño, menos es más.
  • Canal: el canal elegido debe garantizar la llegada del mensaje. Si empleo Instagram y mis receptores no lo frecuentan por su franja etaria, mi mensaje no va a llegar. Si mi público incluye personas con capacidades diferentes, debo considerar estos factores al elegir el canal.
  • Código: debemos conocer los códigos de nuestros receptores: idioma, modos de interpretar el mundo, cultura, valores consensuados. Hay que investigar y estudiar a nuestros receptores antes de dirigirnos a ellos.

Conclusión

Entonces, ¿el diseño que comunica está caduco? Para nada. Lo que está caduco es el diseño que no comprende a sus receptores, que no investiga, que no traduce bien los mensajes, que no elige adecuadamente sus códigos y canales.

El diseño sigue siendo una herramienta potentísima para conectar personas, siempre que sea consciente, estratégico y empático. Ahí es donde cobra su verdadero valor.

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