A veces uno quisiera ser una mosca en la pared en esas reuniones de diseño de Apple. En esta última batalla entre el equipo “hagamos algo deslumbrante” y el equipo de “hagamos algo accesible”, parece que ganaron los primeros.
El origen del diseño “Liquid Glass”
La compañía Apple (que parece tener una competencia consigo misma por ofrecer siempre algo nuevo) apareció con una versión de iOS con un particular estilo visual, que muchos están llamando algo así como “Liquid Glass”.
Básicamente, es una estética súper pulida que surgió de esta tendencia de hacer las interfaces más translúcidas, como si fueran capas de vidrio líquido, que se sienten muy suaves (¿algo puede ser suave a la vista?) y tienen ese efecto como de profundidad y reflejos. ¿Es diferente? Sí. ¿Es lindo? A la mayoría de la gente le encantó. ¿Es práctico y usable? Bueno, de eso tenemos que hablar.

¿Apple se desmarcó del minimalismo con esta versión?
Dicen que esta nueva estética es minimalista. Pero llaman “minimalista” a algo que en realidad termina siendo visualmente más cargado, porque al tener esas capas translúcidas, se transparentan los elementos del fondo y puede resultar un poco recargado visualmente. Es una contradicción curiosa entre la referencia al minimalismo y lo que realmente se ve en la práctica. Termina siendo una estética que mezcla lo limpio con lo “lleno de detalles”, que a algunos les encantará y a otros les parecerá (un poco o muy) caótico.
Ahora lo que importa: la usabilidad
Aquí es donde entra el tema de la accesibilidad. El nuevo diseño de iOS puede ser una maravilla estética, pero la superposición de capas translúcidas, reflejos y refracciones propias del vidrio pueden ser un desafío para la accesibilidad. A primera vista, no parece ser práctico para usuarios con necesidades especiales.
Como marcaron algunos analistas, en esta versión iOS26 tiene algunas dificultades de legibilidad principalmente. Los usuarios también dieron su opinión, obviamente menos académica.
Con los fondos de pantalla personalizados, por ejemplo, es un infierno aparte. Generalmente usamos fotos —viajes, el perro, la familia— que van rotando cada hora o cada vez que se desbloquea el celular. El efecto Liquid Glass deja ver detrás de cada carpeta o ícono translúcido ese fondo complejo que cambia constantemente: imposible concentrarse y distinguir lo que estabas buscando.
Las reglas de accesibilidad están escritas, son compromisos reales y hasta obligaciones legales para que la tecnología sea usable por todos. Entonces, ¿por qué ignorar todo eso? Bueno, porque somos Apple, supongo.
Cómo desactivar o minimizar la transparencia ‘Liquid Glass’
Ya que la dificultad principal parece ser la transparencia, Apple nos regaló un botón para reducirla (punto para el equipo de hagamos cosas accesibles).
En Ajustes > Accesibilidad > Pantalla y Tamaño del Texto, habilitá la opción de reducir transparencia. De esta manera, las capas translúcidas se vuelven más opacas, facilitando la lectura y el contraste.
Para ser justos, también hay que reconocer que Apple se apuntó un poroto al introducir el acceso Braille. Hay algún otro ajuste como aumentar el contraste general del sistema o el tamaño de fuente, lo que puede minimizar el impacto de este nuevo diseño en la usabilidad diaria.
Reflexión final: La batalla entre la innovación y las normas de accesibilidad
Las preguntas que me despierta este cambio son varias: ¿tendrán que dar marcha atrás si los usuarios se quejan? ¿o encontrarán un punto medio entre el asombro visual y el respeto por las normas de accesibilidad?
Solo el tiempo lo dirá, pero es un recordatorio de que la innovación no debería venir a costa de hacer que algunos se queden afuera. La solución de apretar diez botones para poder volver a ver es una contradicción en sí misma. Esperemos que la próxima los equipos se pongan de acuerdo, para no necesitar un amigo con visión 20/20 que nos reconfigure el bendito aparato.