En busca de la chispa perdida: el legado de las vanguardias en el diseño UX

¿Dónde aparece esa energía disruptiva en el diseño de hoy?

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por | Oct 22, 2025 | Diseño UX/UI

Las vanguardias del siglo XX transformaron el arte para siempre. No buscaban representar el mundo, sino repensarlo; y bajo ese concepto cambiaron el curso de la mirada, desafiaron las normas y convirtieron la creación en una forma de pensamiento. Hoy, un siglo después, el diseño UX/UI parece haber domesticado aquella energía de cambio.

Todo es limpio, funcional, “centrado en el usuario», pero… ¿dónde quedó esa fuerza disruptiva que empujaba los límites? ¿Es una chispa perdida que no volveremos a despertar?

Este artículo rastrea esa chispa que siempre aparece en el arte, el diseño y la tecnología para descubrir si todavía brilla —así sea escondida bajo otros lenguajes— en el mundo online que estamos construyendo.

Fueguito simpático que alude a la chispa perdida de las vanguardias en el diseño UX.

El origen de la disrupción vanguardista

El siglo pasado comenzó con una revolución estética y conceptual. La aparición de la fotografía liberó al arte de la necesidad de copiar el mundo visible, y los artistas comenzaron a preguntarse qué podían hacer que la máquina no hiciera mejor. De esa pregunta surgió una nueva mirada: el arte dejó de reproducir la realidad tangible y empezó a inventar formas de pensarla y sentirla.

Los futuristas glorificaron la velocidad y las máquinas; los cubistas descompusieron la forma para mostrarla desde varios puntos de vista; los dadaístas celebraron el absurdo y el azar; los surrealistas liberaron el inconsciente y lo convirtieron en materia creativa; y los constructivistas transformaron la geometría en un lenguaje visual de progreso.

Todas estas corrientes compartían una misma intuición: romper lo establecido. La belleza residía no en lo correcto, sino en lo que podía concebirse y transformarse en posible.

De ese torbellino de ideas surgiría, más tarde, la Bauhaus: una escuela que integró arte, diseño y técnica bajo una misma visión. Su objetivo era claro: unir la creación artística con la producción industrial y hacer del diseño una fuerza social capaz de mejorar la vida cotidiana.

Hay épocas que no inventan cosas nuevas, sino que las recuerdan. Lo nuevo es, a veces, la memoria que despierta.

Del lienzo a la pantalla: el legado en el diseño UX

Cada proyecto visual o interfaz actual guarda algo de ese legado. Aunque el tiempo haya transformado sus formas, los principios de las vanguardias siguen pulsando en el diseño contemporáneo: la claridad tipográfica, la geometría constructiva y la síntesis visual.

El grid viene del constructivismo. La jerarquía tipográfica, del modernismo suizo. El minimalismo funcional, de la Bauhaus.

Lo que alguna vez fue ruptura, hoy es estructura. Aquellas ideas radicales se integraron tanto en nuestro lenguaje visual que ya no las notamos, pero siguen ahí: latentes, sosteniendo la forma en que diseñamos, comunicamos y pensamos las interfaces.

Vanguardias en la era de las interfaces digitales

Hablar de vanguardia en el diseño UI/UX puede parecer una contradicción. El campo está dominado por patrones, guías y sistemas que buscan estandarizar la experiencia.

Pero justamente ahí podría residir una nueva forma de vanguardia: en desafiar lo previsible. No se trata de inventar otro lenguaje, sino de tensionar el existente, de explorar lo que una interfaz puede expresar más allá de su función.

La Bauhaus buscaba unir arte y función. El diseño UX intenta unir emoción y usabilidad. Ambos comparten la misma aspiración: equilibrar forma y experiencia, pero también mantener viva la capacidad de sorprender.

Los ecos de la vanguardia sobreviven en pequeños gestos: en una microinteracción que sorprende, en una tipografía que respira más que las demás, en un patrón de navegación que se sale de la norma, en una app que invita a explorar, en una interfaz generativa que evoluciona con cada usuario, o en la imperfección que revela humanidad en medio del algoritmo.

La funcionalidad ganó muchas batallas, pero la emoción —esa que estremece— sigue pidiendo revancha. Quizás la nueva vanguardia esté ahí: en el diálogo entre diseño, tecnología y sensibilidad.

La chispa que perdura

La fuerza disruptiva de las vanguardias fue actitud frente al mundo que nos hizo ver que lo establecido también se puede repensar.

Hoy el diseño necesita más de eso: menos plantillas y más preguntas, menos perfección y más experimentación.

La chispa de la disrupción bien podría encontrarse en el código que se atreve a buscar un mejor atajo, en el diseñador que duda, en la interfaz que plantea otros modos de resolver la experiencia del usuario.

En Bits Kingdom, creemos que el diseño es una conversación entre pasado y futuro. Tener presentes las vanguardias es un buen método para mantener viva la curiosidad y la posibilidad de cambio.

Porque todo gran diseño —sea UX, UI o gráfico— nace de una pregunta sencilla: ¿y si lo hacemos distinto?

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