Vamos a decirlo sin rodeos: si tu sitio web muestra productos pero no deja comprarlos, no es un ecommerce. Es un catálogo digital. Y hoy en día, eso no alcanza.
Vemos este tipo de páginas todo el tiempo: tienen fotos, descripciones, hasta un botón de WhatsApp flotando por ahí… pero cuando el cliente quiere comprar, se topa con un “consultar precio” o “hacé tu pedido por mensaje”. ¿Sabés qué pasa en ese momento? La venta se pierde.
El momento de la compra es ahora
Cuando alguien entra a tu web y ve algo que le gusta, ese es el momento clave. Si tiene que salir de la página para escribirte, esperar que le contestes y recién ahí ver el precio, la mayoría abandona el proceso.
La gente quiere comprar como cuando entra al súper: elige, paga y se va feliz con su bolsita. Esa es la promesa básica de cualquier plataforma de e commerce: facilitar la experiencia de compra.

¿Los medios de pago son caros? No tanto como no vender
Sí, puede ser que implementar una pasarela de pagos tenga su costo. Pero más caro es no vender.
Hoy hay opciones accesibles y variadas: desde tarjetas de crédito, transferencias, pagos contra entrega… todo se puede automatizar con soluciones como Shopify, WooCommerce o incluso con un sistema propio.
Son integraciones simples que funcionan sin enloquecerte. Y es una inversión que se recupera rapidísimo. Cada compra que se concreta sola, sin que tengas que estar pendiente, te ahorra tiempo y te genera ingresos.
¿Y si me copian los precios?
Spoiler: te los van a copiar igual. Si no lo hacen desde tu página web, lo harán desde Instagram o preguntando. Pero mientras tanto, vos estás perdiendo oportunidades.
Mostrar precios no te debilita, te posiciona. La transparencia genera confianza. Le habla al cliente con honestidad: esto es lo que ofrezco, esto es lo que vale.
¿Qué estás comunicando sin darte cuenta?
Cuando tu web no permite comprar, el mensaje implícito es: “No estoy preparado para venderte”. Y eso da inseguridad. Parece un negocio a medio hacer.
En cambio, si alguien entra, ve lo que quiere, puede pagarlo fácil y todo fluye… ¡bingo! No solo cerraste una venta. Le diste al cliente una experiencia positiva que va a querer repetir. Eso es hacer un buen ecommerce.
Excepciones válidas… pero con soluciones
En el caso de comercios mayoristas, o pedidos con exclusividad —como ropa de diseño, productos personalizados o ventas B2B— quizás no puedas dar un precio exacto por varias razones: depende de la cantidad, del tipo de cliente, de los materiales…
Aquí tenés dos caminos:
- Mostrar algunos productos con su precio
- Ofrecer un cotizador online
El camino más rápido a una respuesta es el que te asegura la venta.
Además, plataformas gigantes como Mercado Libre están comiéndose las tiendas pequeñas, pero no son tan convenientes. Si probaste vender allí, sabés cómo es: “subastas” donde terminás regalando tu producto, una lista interminable de procedimientos a cumplir y, claro, la comisión que muchas veces se lleva una buena parte de —sino toda— tu ganancia.
¿Tu tienda online vende o solo está linda?
Así que si estás por crear una página web o ya tenés una tienda online que no despega, preguntate: ¿estoy facilitando la compra? ¿O estoy haciendo que el cliente se frustre a mitad de camino?
No hace falta que tengas todo perfecto desde el día uno, pero si vas a estar online, que sea para vender, no solo para decorar.
¿Querés que te ayudemos a pasar de catálogo a tienda real? En Bits Kingdom ya lo hicimos para varios negocios, y sabemos cómo hacerlo: fácil, rápido (y lindo).