Autenticación accesible son métodos de verificación de identidad pensados para que personas con distintas habilidades físicas o cognitivas puedan usarlos sin obstáculos.
Origen del término:
El concepto viene de la accesibilidad digital, que busca que todos puedan navegar y usar aplicaciones sin importar sus capacidades. En el caso de la autenticación, es clave: un login mal diseñado puede dejar afuera por completo a alguien que usa un lector de pantalla, que sólo navega con teclado, o que tiene dificultades de memoria, atención o motricidad.
¿Cómo se usa?
Ejemplos de buenas prácticas incluyen: formularios compatibles con lectores de pantalla, evitar CAPTCHAs visuales imposibles de resolver para personas ciegas, ofrecer alternativas de login sin contraseña (como links mágicos al mail o biometría), y mostrar mensajes de error claros para que sea fácil corregirlos. La idea es mantener la seguridad, pero sin añadir barreras innecesarias.
Es como la entrada de un edificio: poner una rampa, puertas más anchas y buena señalización no lo hace menos seguro, lo hace más inclusivo. Con los accesos digitales pasa lo mismo: el login debe ser seguro y accesible.