CAPTCHA (siglas en inglés de Completely Automated Public Turing test to tell Computers and Humans Apart) es una herramienta de seguridad que verifica si sos una persona real — y no un bot.
Se inventó a comienzos de los 2000 para frenar el spam y los abusos en sitios web. Seguro lo viste: letras deformadas para escribir, semáforos para clickear, o la clásica casilla “No soy un robot”. Sirven para evitar registros falsos, ataques automáticos y bots que roban datos, exigiendo una acción que (por ahora) solo los humanos pueden hacer bien.
¿Por qué se siguen usando CAPTCHAs?
Porque los bots no paran de mejorar. Antes alcanzaba con texto borroso. Hoy existen CAPTCHAs invisibles, análisis de comportamiento y pruebas con imágenes. Aunque pueden ser molestos, siguen siendo una de las formas más simples y efectivas de proteger un sitio.
¿Querés saber más? Esta guía de Google lo explica muy bien.