Desarrollo front-end es el arte de construir la parte de un sitio web o app que los usuarios ven y tocan — los botones, menús, animaciones y el diseño visual.
El término viene de la idea de que todo sistema tiene una cara visible (el front-end) y una parte oculta (el back-end, con bases de datos y lógica interna). Quienes hacen front-end usan lenguajes como HTML, CSS y JavaScript para convertir diseños en experiencias reales e interactivas. Se aseguran de que todo se vea bien, funcione rápido y se adapte a distintos dispositivos.
Un ejemplo real de front-end
Por ejemplo, si entrás a un sitio de viajes, todo lo que ves y usás —desde el buscador hasta los botones para reservar— es trabajo de desarrollo front-end. El desarrollador toma el diseño y lo convierte en una interfaz viva y funcional.
Pero no se trata solo de estética. El front-end también implica lógica, accesibilidad, velocidad, responsividad y frameworks modernos como React, Vue o Svelte. Es una mezcla hermosa de código con creatividad.
