Ética en IA se refiere al conjunto de principios que busca asegurar que la inteligencia artificial se use de forma justa, segura y responsable.
Este campo mezcla tecnología, filosofía, leyes y derechos humanos. No es solo preguntarse “¿puede la IA hacer esto?”, sino “¿debería hacerlo?”. A medida que las máquinas toman decisiones que afectan a personas —desde recomendar tratamientos médicos hasta seleccionar candidatos para un trabajo—, es vital pensar en las consecuencias sociales, morales y legales.
Por ejemplo, si un algoritmo decide quién recibe un préstamo, ¿es justo para todas las personas? ¿Puede tener prejuicios raciales o de género? ¿Quién se hace responsable si una IA se equivoca o causa daño? La ética en IA se ocupa de estos dilemas, promoviendo valores como la transparencia, la equidad, la privacidad y la rendición de cuentas.
También hay preocupaciones sobre la autonomía (que no nos manipulen), el consentimiento (que sepamos cómo se usan nuestros datos) y el impacto en el trabajo (¿qué empleos reemplaza?). Las grandes empresas, gobiernos y universidades están creando marcos éticos, pero aún falta mucho por definir.