MVP (por sus siglas en inglés, Minimum Viable Product, o “producto mínimo viable”) es la versión más simple de un producto que todavía funciona — lo justo y necesario para probar la idea con usuarios reales.
El concepto viene de la metodología lean startup, popularizada por Eric Ries. La idea es lanzar algo rápido, funcional pero básico, para no perder tiempo (ni plata) desarrollando cosas que nadie quiere. Con ese primer prototipo, aprendés, ajustás y mejorás en base a datos reales, no suposiciones.
Por ejemplo, si querés crear una app de viajes tipo Uber, tu MVP podría ser un formulario donde la gente pide un viaje y vos emparejás choferes manualmente. Si hay interés, vas para adelante. Si nadie lo usa, mejor cambiar antes de gastar todo el presupuesto.
Un MVP no es algo hecho a las apuradas; es algo hecho con cabeza. Es como la primera panquequeada: rápida, quizás medio despareja, pero suficiente para saber si la receta sirve.
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