Trabajo remoto significa trabajar desde cualquier lugar que no sea una oficina tradicional — como tu casa, una cafetería, un coworking o incluso una hamaca en Costa Rica.
El concepto creció con internet, pero explotó durante la pandemia de COVID-19. Gracias a las computadoras portátiles, las herramientas en la nube y las videollamadas, millones de personas descubrieron que podían trabajar sin ir a una oficina ni sufrir el viaje diario. Hoy el trabajo remoto es parte central de la cultura laboral — y para muches, un beneficio innegociable.
Puede ser 100% remoto (nunca pisás una oficina), híbrido (algunos días sí, otros no), o incluso asíncrono (no trabajás al mismo tiempo que tu equipo). El trabajo remoto da flexibilidad, pero también requiere disciplina, buena comunicación y saber poner límites entre la vida personal y laboral.
Ya seas freelancer en Buenos Aires o dev trabajando para una startup desde Bogotá, el trabajo remoto está cambiando la forma — y el lugar — en que hacemos las cosas.
¿Querés aprender a hacerlo bien? Te recomiendo la guía de trabajo remoto de Asana.